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Cajón desastre

Será divertido volar en globo

HABRÍA SIDO DIVERTIDO VOLAR EN GLOBO

Diecisiete caras compungidas se reunieron en un rincón del patio del colegio una soleada mañana de primavera, a la  hora alegre del recreo.

Ninguna de sus diecisiete parlanchinas bocas parecía querer ser la primera en abrirse.

Con una tarde de investigación desesperada y una noche de triste meditación por medio, la desagradable realidad había terminado por imponerse.

Por fin, Amanda rompió el pesado silencio:

- No encontré nada.

La frase se repitió unas cuantas veces.

Finalmente, Pili pronunció lo que todas pensaban y no querían decir: 

- Yo creo que Tomás tenía razón.

Se dejaron oír voces airadas de protesta, pero se notaba demasiado que trataban de convencerse a sí mismas. Eran sólo un resto de rebeldía ante el fracaso de su aventura.

Esa tarde hubo chicas que, contra toda lógica, siguieron intentando construir el globo, pero ya la desilusión iba ganando terreno a la rabia del fracaso y una de estas chicas fue la que, en el recreo del día siguiente, melancólica bajo un sol radiante de primavera, suspiró:

- ¡Habría sido divertido volar en globo!

FIN

11-Julio-1990

 

8 comentarios

Autora -

Querida Guadalupe: en cualquier momento empezaré de nuevo a actualizar el Rincón Creativo, prometido.

Guadalupe -

Está usted vaga, señora autora, ¿Por qué no sigue creando?

Raquel -

Pues a lo mejor hasta hubiera volado, ya puestos...

Anónimo -

Cierto, mi hermano se hizo mancuernas fundiendo plomo en una lata de latón.
¿qué te parece?
Y del estaño...sobran comentarios. Hasta yo, si hubiera sido hoy.
¿Que volara? eso es otra historia.

Raquel -

Ya salió la vena familiar...
Pero es que no teníamos ni idea. Probablemente el hermano de 43 años de Milindris para entonces ya sabía trabajarlos y hubiera podido enseñarnos a hacerlo. Creo que nos equivocamos de hermano, consultamos al que no debíamos, y que me perdone Tomás.

Anónimo -

Si hubieramos sabido lo fácil que es manejar el plomo o el estaño, hasta habríamos hecho la nave.

Raquel -

Indiscutiblemente. Pero eso fue lo primero que nos falló, a pesar de que pensábamos recoger chatarra, fundirla, modelar el cohete y ponerle el motor viejo de una lavadora de mi madre que mi tío, mecánico, iba a arreglar. O al menos, esas cuentas nos echábamos. Pero ni cohete ni globo, al final mucha diversión y la cruda realidad. Y bonitos recuerdos (e ingenuos)

Anónimo -

Más divertido habría sido poder hacer el cohete para ir a la luna. ¿Verdad?