Citas célebres: ¿VIVIR?
En este mundo lo menos frecuente es vivir; la mayoría de la gente, existe; eso es todo.
Oscar Wilde
En este mundo lo menos frecuente es vivir; la mayoría de la gente, existe; eso es todo.
Oscar Wilde
Para nostálgicos. Vamos a la cama, que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar. Cleo, Tete, Mariví, Pelusín, Coletitas y Cuquín, la familia Telerín, nos mandaban temprano a la cama. Corrían los primeros setenta. ¿Recordáis?
A la edad en que ahora se inician en el sexo, el alcohol y las drogas, las niñas de mi generación jugábamos a ser ángeles... de Charlie, atrapar delincuentes y encerrarlos en chirona de por vida. Sabrina Duncan (Kate Jackson), Kelly Garret (Jaclyn Smith) y Jill Monroe (Farrah Fawcett) marcaron época. Eran listas, guapas y valientes. Cada una tenía su estilo, pero se complementaban perfectamente. No había caso, por complicado que fuera o arriesgada su investigación, con el que no se atrevieran y lo resolvieran con éxito. Eran unas verdaderas heroínas al servicio de la justicia. Todos las admirábamos.
Otra serie de impacto: V. La historia, bien pensada y relativamente original. Los protagonistas, en el más puro estilo clásico: buenísimos los buenos, malísimos los malos. Casi un cómic. Tenía todos los ingredientes para triunfar y triunfó. Estuvimos todos pendientes de Mike Donovan, de la doctora Julie Parrish, de Ham Tyler (mi favorito, un correctísimo Michael Ironside), de las maldades inigualables de la perversa Diana... Valores como la libertad, el coraje, la independencia, la amistad, todo podía encontrarse en esta serie de extraordinario éxito. Un tinte ingenuo que se echa de menos en las producciones más recientes.
Siempre soñé con viajar a bordo del "Princesa del Pacífico", recalar en Acapulco y Puerto Vallarta y vivir un romance en alta mar con algún guapo pasajero que se fijaría en mí inevitablemente. Puro romanticismo. Una serie divertida y entrañable que hizo aumentar hasta lo increíble la elección de un crucero como forma de pasar las vacaciones. Otros no pudimos y tuvimos que conformarnos con soñar. Lo más parecido a ese viaje maravilloso han sido dos travesías de ida y vuelta en sendos barcos que nada tenían que ver con el "Pacific Princess", la primera Barcelona-Mallorca/Mallorca-Valencia, y la segunda Valencia-Mallorca y viceversa. Aunque pensándolo bien, fue una auténtica aventura.
Por mi parte, sigo soñando con un crucero como los de la serie, con un capitán, una relaciones públicas, un sobrecargo, un médico y un camarero como Merryl Stubing, Julie MacCoy, Gopher Smith, Adam Bricker e Isaac Washington.
En un post publicado por Mr. Roboto, en su blog Fin del Juego, sobre la Batalla de Fuengirola, el autor utiliza la expresión "batirse el cobre", en su sentido habitual de trabajar con gran esfuerzo para conseguir algo: "Hemos perdido el partido, pero los jugadores se han batido el cobre sobre el campo", por ejemplo. Batir el cobre, es decir, golpearlo con el martillo, requiere gran esfuerzo físico y mucha destreza y precisión, de aquí la expresión.
Y para ilustrar el concepto de esfuerzo, un sufrido ciclista batiéndose el cobre sobre la bicicleta, deporte duro donde los haya.
En la noche se mueve una fauna variada e interesante de la que esta clasificación es una muestra. Hay más especies, pero las más características están recogidas en la relación siguiente.
Águila: tiene mucha vista, vuela alto.
Besugos: disfrutan practicando diálogos de ídem.
Búhos: miran, observan y aprenden. No atacan.
Buitres: de tres tipos, a saber 1)Carroñero: va a por todas 2)Ojeador: selecciona la presa; ataca o no, según las circunstancias 3)Espejero: observa a la presa a través de los espejos.
Cerdos: la misma palabra lo dice. Una característica de esta especie que casi nunca se tiene en cuenta: necesitan mamporrera.
Cocodrilo: el niño o la niña cocodrilo es aquél que permanece anclado en el Lacoste y los Levis y presume de que le gusta Phil Collins.
Dinosaurios: especie inextinguible formada por individuos entrados en años que sólo se relacionan entre sí. Practican la disciplina olímpica de la barra fija en su doble modalidad (con o sin taburete), si bien esta característica no se les puede atribuir de forma exclusiva, ya que sirve también para definir a especies como los búhos, los buitres, etc.
Focas: masculinos y femeninas. Son de abrigo. Presumidos y pesados.
Gatos: merodeadores, maúllan y ronronean, pero tienen ocultas y listas uñas muy afiladas. Son zalameros, no son de fiar.
Gansos: al igual que se dijo de los cerdos, la palabra lo dice todo.
Gusanos: van arrastrándose, por diversos motivos.
Hiena: ríe antes de atacar y clavar los dientes.
León: deja que la leona lo haga todo.
Linces: al igual que las águilas, tienen mucha vista, pero nunca miran desde lo alto, no son engreídos.
Mantis religiosa: se come a los machos.
Monos: el niño o la niña mona es un graciosillo insustancial.
Murciélagos: pasan el día colgaos y se despiertan de noche. Medio ciegos, se guían por su olfato, que es muy bueno. Son vampíricos: chupan indiscriminadamente todo lo que se les pone por delante.
Pavo real: se pavonea.
Peces: el líquido es su elemento, lo necesitan para vivir. No es una especie restringida, sino que engloba a todas las demás.
Perros: son leales y amistosos; animal más bien diurno, aunque es posible encontrar alguno entre la fauna nocturna; suelen pertenecer a la raza San Bernardo, porque llevan consuelo al necesitado.
Pingüinos: hay mucho pájaro bobo.
Pulpos: especie casi exclusivamente masculina. Los hay con muy mala tinta y los hay que han mamado mucha tinta. Siempre atacan.
Víboras: no es necesaria la explicación. Dañinas y peligrosas por su lengua viperina.
Zorra: ejem, ejem.
Zorro: astuto, intrigante y taimado.
He dejado para el finas la RATA, que ocupa en esta fauna nocturna el último escalafón, es lo peor de lo peor.
Proseguiremos las investigaciones, el trabajo de campo para actualizar esta primera clasificación de especímenes noctívagos.
Segunda mitad de la década de los setenta. Una serie que fue la bomba: ESPACIO 1999. En la imagen, Martin Landau, un actor que luego ha destacado en el cine, con interpretaciones como la de Bela Lugosi en ED WOOD, y muchas otras memorables. En esta serie, era el Capitán (o comandante, según el doblaje) John Koenig, al mando de la base lunar Alpha. ¡Qué tardes aquellas, pendientes de las aventuras de los habitantes de la base! En su largo y errático vagar por el espacio exterior, les ocurría de todo y casi nada bueno, aunque luego, gracias a la poderosa inteligencia del capitán y al valor y eficiencia de los involuntarios vagamundos, salían con bien de todas las situaciones, por extremadamente peligrosas que fueran. ¡Lo que disfrutamos con tanta aventura! Confieso que siempre sentí debilidad por Alan Carter, para ser absolutamente sincera, era mi amor platónico.
"Embrujada", la encantadora Samantha, a la que bastaba mover su nariz respingona para realizar hechizos. La brujita buena de nuestra niñez cobra nuevo encanto al revisar la serie; aquellos elegantes vestidos... ese modo de vida tan apacible... Pero lo más divertido, sin duda, era la relación entre suegra y yerno. Endora, la madre de Samantha, magistralmente interpretada por la fabulosa Agnes Morhead, como no cabía esperar menos de tal actriz, siempre dispuesta a jugársela a su yerno y a hacerle toda clase de maldades. ¿Se imaginan lo que es una suegra que no traga a su yerno y además es bruja? Pues no lo imaginen, ésa es Endora.
Tres versiones diferentes sobre el origen de esta expresión: yo descartaría la tercera, pero no completamente.
1-Si el último jugador en echar su carta, llamado "pie", deja escapar escapar una baza valiosa, llamada "bola", tendrá muchas posibilidades de perder.
2-Se trata de un claro símil futbolístico.
3-Es una antigua frase carcelaria que alude a las pocas posibilidades de éxito en una fuga cuando se tiene una bola de acero asida al pie por medio de una cadena.
Para mis tíos, Alfonso e Isabel, HÉROES ANÓNIMOS. Mis tíos tienen un hijo de treinta y ocho años al que los médicos, por el uso de los fórceps, le causaron una parálisis cerebral durante el parto . Toda la vida ha dependido y dependerá para todo de los demás. Tuvieron después tres hijos más. Su posición económica siempre ha sido modesta, sin más ingresos que el sueldo de mi tío. Han trabajado siempre como bestias para sacar adelante a la familia. Y sin embargo, nadie que los conozca puede decir que les haya oído quejarse jamás de su suerte. No sólo eso, sino que, además, mi tío es una persona con un gran sentido del humor y siempre dispuesto a la fiesta. No sé si son héroes o santos, pero está claro, y sobre esto no hay duda, que son EXTRAORDINARIOS.
Soy ama de casa, o sea, nada. Soy imprescindible pero no existo ni para el Estado ni para la sociedad.Soy un ente inexistente. No tengo entidad legal, no tengo entidad jurídica, no tengo contrato, ni derechos, ni siquiera sueldo. Si enfermo, la baja es una entelequia. Mis jornadas son completas, pero en sentido literal, o sea, disponibilidad absoluta las veinticuatro horas del día. Mis funciones, múltiples: no soy nada, pero ejerzo de todo, de limpiadora, de cocinera, de administradora, de chica de los recados, de chófer, de contable, de niñera, de telefonista, de enfermera, de encargada de lavandería, de pedagoga, vamos, que no tengo profesión reconocida pero ejerzo una docena contadas por lo bajo. ¿Cuál sería mi sueldo si se valorara a precio de mercado laboral? ¿Cuánto dinero se ahorra el Estado a mi costa? Y aquí ya empiezo a generalizar, porque mi caso es el de todas las marujas, maris y manolis de este bendito país, que, muy moderno y muy europeo, y viva que ya tenemos euro y bodas gays, pero en cuestiones de política familiar el suspenso es con calificaión de muy deficiente. Política familiar: nula, no existe. ¿Cómo va a existir si no empiezan por reconocernos, maris de España? Pues eso, que viva la modernidad, que viva el progresismo, pero a nosotras que nos den morcilla, que no es progre ni moderno eso de ocuparse personalmente de la educación de los hijos y de la buena marcha de la casa. Es in pasarse el día entero fuera y pagar a extraños el sueldo que se gana para que se ocupen de lo que un padre o una madre podrían hacer mucho mejor. Y es que señoras y señores, amigos, España sigue siendo diferente.