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Cajón desastre

LA NOCHE NOS ATRAPA

El día cálido de verano transcurre, cae ya la noche ardiente de verano y la calle va poblándose de gente, van llenándose de gente las terrazas y los parques.

Ana y Carmen van al cine esta noche. Bajan al Tasio y a las once menos cuarto suben al cine de verano. La taquilla ya está abierta.

- Dos entradas.

Se las entregan al portero, entran y buscan su sitio habitual; han tenido suerte, está libre. Es un sitio excelente,  porque entre esta fila de incomodísimas sillas y la siguiente, hay un amplio pasillo de dos o tres metros, de forma que nadie puede sentarse justo delante, a dos palmos, y entorpecerles la visión. Pero también tiene un inconveniente: se carece del apoyo que supone la silla de delante y eso reduce la variedad de posturas que se puede adoptar para evitar salir de allí con el cuerpo dolorido y cansado, cosa inevitable, por otra parte, aunque se mude la postura cada cinco minutos, dado lo incómodos que son los asientos: sillas metálicas, no anatómicas, precisamente.

Las luces se apagan. Van pasando por la pantalla reportajes de películas que serán proyectadas próximamente, aunque eso no siempre resulta ser verdad.

- Ésa hay que venir a verla- se regocija Carmen cuando anuncian "Labios ardientes".

- A mí no me llama mucho. La crítica la ha puesto mal. Pero claro, fíate tú de la crítica- se contradice aparentemente Ana.

Tres o cuatro reportajes más y las luces se encienden de nuevo. Carmen va a comprar palomitas y Ana va sacando los pañuelos de papel porque, al parecer, la película es de mucho llorar y su amiga, que gusta de ir al cine para eso, puede necesitarlos.

Por segunda vez, y definitiva, se hace la oscuridad y comienza la sesión. Ana va leyendo los títulos sobreimpresionados, Carmen empieza a dar cuenta de las palomitas. El film de esa noche había obtenido muchas nominaciones para los Oscar, pero no había conseguido finalmente ninguna estatuilla. Así era el cine de verano: pasaban las películas premiadas con el Oscar o que habían estado nominadas para alguno, y otras, generalmente comedias juveniles, que por causas muy concretas podían atraer a un público habitualmente escaso. El local se llenaba en muy pocas ocasiones.

Para Carmen y para Ana éste estaba resultando un verano muy cinematográfico: estaban yendo mucho al cine y les ocurrían algunas cosas de película.

Las imégenes llenaban la pantalla. Hay espectadores que han pagado su entrada para acceder al recinto y otros que, sentados cómodamente en sus terrazas, ven gratis la película o la soportan hasta que no aguantan más y, entrandoen sus casas, cierran a cal y canto puertas y ventanas, a pesar del calor, para intentar inútilmente aislarse, aunque sean un poco, del excesivo volumen del sonido de la película  de la algarabía de los asistentes a la proyección.

Van pasando las imágenes: una escena, dos escenas, tres, cuatro. Ana observa de reojo a Carmen y se percata de que aún no necesita pañuelos: tiene los ojos secos. Pero a media película, los ojos de Carmen empiezan a humedecerse y Ana, que se ha dado perfecta cuente, le tiende, riendo, el paquete de klínex.

- ¿Qué hora es?- pregunta Carmen, que nunca lleva reloj.

- Las dos- responde Ana, que jamás se lo quita.

- Debe de faltar ya poco.

- Buh, media hora por lo menos.

El cálculo de Ana resultó bastante exacto. Acabada ya la proyección, y dado que no tenían sueño  sí bastante frío, porque en el cine siempre terminaba haciéndolo en la segunda sesión, decidieron bajar al pub de Esteban y tomar algo caliente antes de volver a casa.

- ¿El último café?- propuso Carmen.

- Sí, que mañana hay que trabajar- aceptó Ana.

Efectivamente, ambas tenían que trabajar al día siguiente, es decir, ya ese mismo día, tan sólo unas pocas horas más tarde.

 

LA VIDA EN SUSPENSO: EL IMPERIO DE LA NOCHE SE HA EXTENDIDO. SUEÑO PROFUNDO, INTENSA VIGILIA, EL DOBLE ROSTRO DE LA NOCHE APASIONANTE; DULCE E INMISERICORDE ROSTRO DE LA NOCHE, OJOS ABIERTOS COMO LUNAS QUE ENCIERRAN TODA LA DULZURA Y TODA LA CRUELDAD, NOCHE ESFINGE, GIOCONDA OSCURA ADORNADA DE CRISTAL, EBRIA DE VIDA Y DE MUERTE; NADIE ENCUENTRA LA RESPUESTA, NADIE ESCAPA A LA NOCHE DE GIZEH.

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