"El código Da Vinci" o el despropósito
Quien no haya leído la novela, va a encontrarse con un buen thriller, interpretado por buenos actores; la película resulta quizás un poco larga, pero no se pierde el interés. Es puro entretenimiento. Quien vaya al cine habiendo leído previamente la novela de Brown, va a encontrarse con algunas licencias innecesarias, con algunos cambios importantes respecto a la historia que se cuenta en el libro, en algunos casos se trata de detalles sin importancia; en otros, afecta directamente a la relación entre personajes. El despropósito al que hace referencia el título de este artículo es el revuelo de polémica que han levantado tanto la novela como la película. Lo más sensato respecto a esto se lo he oído a dos personas: a mi amiga, que opinó "Es una novela, y ya está", y a un espectador de un programa televisivo, que, redundando en esta idea, dijo lo siguiente: "Es una novela, y nada más. Es como creer que el Macondo de García Márquez existe". Todo lo demás es sacar los pies del tiesto.
Volviendo a la película, destaco el buen hacer de un actor al que admiro, Jean Reno. Y confieso que para mí ha sido un descubrimiento Paul Bettany, el intérprete del albino Silas (por cierto, uno de los personajes más interesantes de la novela).
Lo último: una asociación de albinos ha protestado por la imagen que de ellos se da en la película. Con tal de protestar... Es como si las morenas protestáramos porque en una película determinada una morena asesina a alguien y pensáramos que eso nos da mala prensa.
5 comentarios
Anónimo -
Hay muchas versiones, entre ellas la de los cristianos gnósticos, la que más se asemeja a la historia de El Código Da Vinci.
Lo que si es cierto es que la Biblia de los cristianos católicos romanos, "nosotros", fue la única autoriza por aquel Papa, (que en estos momentos no recuerdo el nombre) y remodelada para su transmisión hasta nuesros días.
Soy católica por la sociedad en la que nací, pero ante todo me siento cristiana. Tengo mis dudas,pero también tengo mi fe.
RAQUEL -
Lógicamente, para alguien no creyente, la Biblia es una novela (incluyámosla en este género literario, aunque según qué libros también puede ser incluida en la poesía lírica, por ejemplo)
Desde luego, lo que quieres dar a entender con lo de la transmisión de la frase es absolutamente indiscutible: las historias se deforman en el proceso de transmisión oral.
xOsse -
"Una novela, nada más". Eso es se puede decir de las dos obras. "Inexactidudes historicas". También es aplicable para ambas.
Pero hay que ver en lo que ha acabado la Biblia. Una obra escrita cientos de años despues de los hechos que relata, de una historia transmitada de boca en boca.
Estando en 2º de EGB (hace mucho, mucho tiempo) el profesor nos puso a todos los niños en un coro, escribió una frase en un papel y se la dió a leer a uno de los niños; luego teniamos que transmitirla al oido, en sentido de las agujas del reloj,... cuando llegó al final, la frase no se parecía en nada a la escrita por el profesor y apenas habían pasado 5 minutos.
Raquel -
Anónimo -