Curiosidades lingüísticas: DAR GATO POR LIEBRE
En la antigúedad las hospederías gozaban de una más que dudosa fama, sobre todo en materia de la calidad de las viandas que servían. Por poner un ejemplo, los venteros de antaño eran a menudo acusados de echar un asno en adobo y servirlo como ternera a los sufridos clientes, y de servir platos cuyo contenido no se sabía si era ternera, cabrito, liebre o gato.
Era tanto el descrédito que llegaron a acumular estos lugares, que entre los comensales se popularizó un conjuro previo al acto de sentarse a comer, Puestos en pie, los clientes recitaban así delante del asado:
Si eres cabrito,
mantente frito;
si eres gato,
salta del plato.
No creo que este conjuro tuviera la virtud de arreglar las cosas, pero lo que sí es cierto es que una de las estafas más comunes era la de dar carne de gato por la de liebre. De ahí que este dicho se utilice cuando se intenta engañar en la calidad de una cosa ofreciendo otra de peor calidad que se le asemeja.
Era tanto el descrédito que llegaron a acumular estos lugares, que entre los comensales se popularizó un conjuro previo al acto de sentarse a comer, Puestos en pie, los clientes recitaban así delante del asado:
Si eres cabrito,
mantente frito;
si eres gato,
salta del plato.
No creo que este conjuro tuviera la virtud de arreglar las cosas, pero lo que sí es cierto es que una de las estafas más comunes era la de dar carne de gato por la de liebre. De ahí que este dicho se utilice cuando se intenta engañar en la calidad de una cosa ofreciendo otra de peor calidad que se le asemeja.
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