Curiosidades lingüísticas: NO HAY TU TÍA
No hay tu tía, vamos que no hay remedio. Pero ¿por qué hacemos sinónimos la tía y el remedio? Todas las tías no son Remedios, al menos que yo sepa. ¿Dónde está el quid de esta peliaguda e interesante cuestión? Pues en la tía, precisamente y en el posesivo que la precede. Tu tía es tutía, un ungüento de zinc que se utilizaba como remedio para ciertos males. Si no había tutía, no había remedio. Y así, deformada, ha llegado hasta hoy la expresión.
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anonima -
Raquel -
anonima -